El concepto arquitectónico de la fachada ventilada se basa en la idea de una cámara de aire abierta entre el revestimiento exterior del edificio y su cerramiento, permitiendo la ventilación continua por detrás del revestimiento. Los revestimientos se cuelgan, se atornillan o se «clipan» a una subestructura metálica, normalmente de aluminio o acero galvanizado.